Si bien mi ánima en este momento rebosa en Consolación, escuchando (interiormente) canción que dice: "...mi socorro de dónde vendrá, del Señor el Rey Celestial, Él es mi roca y Salvación, no caeré...".. Es claro que no fue así constantemente en todo el día de Hoy. Más bien ha sido una lucha y guerra contra ángeles malos que agitan mi ya pervertida ánima, hacia el mal, el pecado, la comodidad y el egoísmo.
Pero hablemos del inicio del día. De nuevo a eso de las 4.30, una hora antes. Decidí comenzar con la Oración. Hoy el Señor me mandaba a Perseverar en el Bien. Perseverar en él pase lo que pase. De permanecer firme para no ser conmovido.
El día de por si estuvo marcado por la herencia heredada de las tentaciones de ayer. Una tentación sutil que amenazaba con acabar con la gracia. Una mezcla de emociones sentimentales, decepciones y tristezas, y otra dosis de deseo físico. Mi ánima estuvo siendo conmovida y la lucha, aunque no con tanta hidalguía ha sido suficiente por ahora. Esto no sufrido en tiempo de oración mas en el resto del día.
Luego de la Oración comencé a ocuparme de las tareas domésticas. Corté mis uñas, Barrí parcialmente el jardín trasero, fumigué rápidamente toda la casa, Barrí y Trapié solo el interior. lustré mis zapatos, lavé algo de ropa y preparé el desayuno.
Después estuve revisando mi correo electrónico y no muy diligentemente comencé a trabajar en la Tesis de la Especialidad, entre hacer comidas y llegando hasta la hora de ir a las exposiciones preliminares. Como es costumbre fui el primero en pasar y las críticas fueron medianas en forma y fondo.
Volví a casa y me preparo para seguir trabajando en la Tesis en lo que sea provechoso.
También cabe mencionar que estoy haciendo la novena a la Inmaculada Concepción de María. Pienso obtener de ella el que pueda vender el otro 25% de mi futura empresa y asi salir de la Deuda. Amén que asi sea.
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