jueves, 17 de marzo de 2011

Día 14: nuestras diferencias

Mi ánima ha estado en mayor paz el día de ayer.

He estado trabajando en la tesis de mi especialidad, aunque sin avanzar mucho, de hecho solamente pude completar una diapositiva el día de ayer, puesto que para hacerlo he tenido que buscar informaciones y planos en internet.

Intercambié un travieso mensaje con Gina respecto de regalarle unos dulces, también pienso llevarle una rosa. Esto también lo compartí en El Grupo pero pienso que no fui totalmente abierto. No mencioné lo referente a nuestras diferencias en política, el hecho de que tiene deseos de irse a Brasil a estudiar y que me ha dicho que no quiere entrar al Grupo, aunque luego accedió a que lo hará cuando termine de graduarse.

Mi decisión ha sido la de tenerle paciencia. No con la esperanza de hacerle cambiar pero con la esperanza de que de pasos hacia mi forma de vida, que se algo que ella pueda elegir libremente. La esperaré aunque para ir más allá con ella deberá ser un complemento idóneo para la vida comprometida que me toca vivir.

martes, 15 de marzo de 2011

Día 13: Gina

Había abandonado este diario, pero decidí retomarle. Los últimos días y las últimas semanas, he decidido reconquistar a Gina. Fue ella quien me buscó aunque ciertamente de manera sutil. Simplemente se puso frente a mi y sencillamente no tuve más remedio que conquistarla pues no pude evitarlo.

Ciertamente no han sido los mejores días en mi vida espiritual  porque aun no soy capaz de manejar este tipo de emociones, pues me provocan momentos alternados de gran gozo y de angustias. Lo bueno es que la misericordia de Dios ha estado cerca con toda su riqueza. Me ha dado paz y luces para saber que hacer, cómo actuar con Gina, pues no soy muy versado en conocer el corazón de la mujer.

Entre las aspiraciones de Gina está la de hacer un viaje por estudios. A veces medito en que la salud de su ánima está más en estar junto a mí que en irse. De hecho en una sola plática extensa le pude hablar de tantas cosas de la vida Espiritual, sentía ciertamente que era Dios quien le hablaba y no yo, pues no soy capaz de usar tantas palabras y tantos ejemplos tan exactos y que le llegaban al corazón.

Por eso se que si pido al Señor, Gina no  irá, pues Él cuidará de la salud de su ánima, pues Él ciertamente cuida de una oveja que le necesita, valiendo más que muchas otras que no tengan necesidad mayor.