domingo, 9 de enero de 2011

Dia 12: Disciplina

He meditado mucho en estos últimos días, enmedio de las prisas y las necesidades de mi vida. Uno de los asuntos que ha sido de mayor relevancia es el de la disciplina, que puedo llamar fuerza de voluntad o dominio propio.

Hace algunos años, cerca de diez, hubo un cambio grande en mi vida. Fue el hecho de encontrarme con la vida sacramental. Con el paso del tiempo sin embargo, he notado que ha sido muy poco lo que he progresado en cuanto al alejamiento de ciertos pecados como los relativos a la pureza (aunque gracias a Dios soy virgen aun).

El hecho de experimentar ese poco avance y hasta muchos retrocesos me ha llevado a empezar a valorar lo que tiene que ver con esto de la voluntad. San Ignacio hace referencia a ello con la lucha contra los impulsos negativos del ánima, tentaciones provocadas ya sea por la carne o por espíritus malignos. En fin muchos santos y espiritualidades cristianas han tocado este tema con muy poquísimas variaciones, pues se trata de un tema central.

Nuestra naturaleza está dañada por el mal. Quien no vea esto simplemente quiere ser ciego. Es evidente como nuestro propio ser es arrastrado pasionalmente, muchas veces hacia lo que a sí mismo le perjudica.

Es por todo esto que a partir de estos días he definido a la disciplina como la prioridad número uno de mi vida espiritual, y por ende de mi Vida. Sin pensar con esto que esté por encima del amor, pero más bien a su servicio. Pues debo renocer que a pesar de la Eucaristía semanal, confesión casi semanal, mi trabajo en cuanto a morir a mí mismo en la carne ha sido escaso e inconstante y ello ha tenido sin duda consecuencias gravísimas.

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